
Entre las sábanas se sumergieron sus pensamientos y su mirada absorbió el oscuro paisaje que aquella noche desplegaba en el cuarto. El frío se perdía entre el colchón y la aproximación hacia un cuerpo ajeno.
La razón dominó el impulso; era capaz de caer débilmente ante el cuerpo vecino. Comenzó a sentirse incómodo y su cuerpo recorrió cada pequeño rincón del colchón.
Se puso a observarla, ella dormía y nadaba en sus sueños. Finalmente él logra ahogarse en la profundidad nocturna, hasta que un sobresalto lo rescata y lo lleva nuevamente al abstracto de aquel frío cuarto.
Cada segundo de silencio era cortado por su respiración y él no quería interrumpir aquella melodía con la suya.
Su observación duró más de tres horas, hasta que finalmente consilió el sueño y en el ella fue suya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario