martes, 12 de mayo de 2009

Y ella se aleja diez, más allá.



Pensó y piensa. Duda.
Comenzó a jugar aquel juego que creía olvidado o que nunca creyo volver a jugar.
Cada paso que da no es un casillero que avanza, no tira dados es el destino quien decide, no el azar. Es una persona no una ficha. No juega con instrucciones, sino con sentimientos. No sabe cuales son, pero arriesga, quizá rompiendo reglas o esceptuandolas.
Hoy duda. Sí, duda. Teme dar pasos en falso, pero no tiene nada que perder, por eso arriesga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario