Sus errores me atrapan y sus aciertos me devoran de pasión (y esto casi nunca sucede en la mayoría de los casos).
Cuanto más lejos me encuentro de usted menos lo extraño, pero al acercarnos me doy cuenta de cuanto lo necesito y de lo distanciados que estamos (a pesar de que lo tenga a mi lado).
Lo necesito...
¿Y usted?
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