lunes, 4 de octubre de 2010

Amantes suicidas.

-Y por cada kilo de azúcar que vendía se ganaba un millón de pesos.
- ¿Pero qué hacia?
- Se dedicaba a escribir fracesitas prometedoras de amor que se imprimian en los envases del azúcar.
- ¡Guau!

Muchos diabeticos murieron empalagados de amor.

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