Finalmente logro despegarme del pasado y de una torturante obsesión: un amor que nunca valió más que perdida de tiempo.
Sacarme la venda de los ojos y ver su estupidez humana, analizar y asumir su idiotez fue abandonarlo por completo.
Al fin y al cabo era sólo un capricho idiota. No necesito de su amor, así estoy mucho mejor.
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