
Siempre que sonrío, siempre que alguien dibuja en mi una sonrisa apareces para instigar mi alegría y logras que desaparezca.
Al saber que no sos complice de mi felicidad cuestionas y cuestionas, a veces es fácil creer que nunca te conocí, pero haces lo posible para recordarmelo y otra vez, otra vez vuelvo a vos.
Jugamos un juego perverso, masoquista: si te quiero no me queres, si me queres no te quiero; quiero pero no debo. Así se nos pasan los días, las semanas, los meses, ¡m a l d i t o t i e m p o!
Creer que sin vos estoy bien y entender que no es asi, es saber que algo queda, verte como un simple conocido no es respuesta a mi realidad, es escapar para no asumir la verdad: no sos alguien más.
Juro que lo intento y entonces ahi estas para recordarme el pasado y hacerme fracasar en el presente.
Somos dos almas perdidas que intentan hallarse pero sólo logran perderse más y más.
Sólo pienso que debí dejarte, debí dejarte allí.
Una carta más hacia el pasado que me avise que debí esquivarte ese día ♪.
No hay comentarios:
Publicar un comentario